Diario de Kungsleden. El día (4.A) que Denys quiso un souvenir muy especial…..

Ya queda menos de Kungsleden… Ya quedan menos kilómetros de los que hemos hecho… o ¿y si prolongamos nuestro trekking? ¿vamos a poder hacer 32 kms hoy? Promete ser un día largo largo… o ¿pararemos antes? Es que no tenemos nada claro…Así somos: todo planificado, pero con mil planes «B», según nos apetezca 😉

Para empezar desde el principio: Día 1, Día 2, Día 3

Día 4. parte A

Creo que nos vamos integrando en la cultura sueca y adoptando sus tradiciones: hoy nos bañamos desnudos en un río glacial. ¿Agua fría? Si! pero el sol y su calor es inaguantable! ¿Vergüenza? No 😉 Piénsalo desde un punto de vista práctico: ¿voy a mojar el bañador sólo por si viene alguien y me ve?… hay muy poca gente. Dudo mucho que van a parar para observarnos, no creo que sean pervertidos. Y estoy segura de que si alguien nos ve, se alejará un poco y hará lo mismo 😉 ¡¡¡Es que el calor es mortal!!! Si, para los que vivimos en España también.

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Recuento de lemmings: Denys 8,5 Kate 4. Es que hoy Denys camina delante. Intentó alcanzar uno… pero sin éxito 😉

Denys está siendo muy pesado hoy: lleva todo el día hablando de comida: comida ucraniana, español, comida basura, casera, lo que le gusta, lo que va a hacer de vuelta a casa, lo que comería ahora mismo… es que parece que tiene hambre 😉 vamos muy justos de comida y ya he empezado a racionarla 😉 Nos queda una barrita y unos cuantos chuches, para picar por el camino. Otra decepción comestible es que hoy se murió el jamón… que llevábamos para festejar en algún lugar especial, al final del camino, como recompensa. Pero apareció un agujero y se estropeó.

Momento luto 🙁

Hasta las 15.00 ya habíamos hecho 20 kms y Denys sigue con la esperanza de que vamos a parar antes de los 32 kms… Pero yo sabía que si no los hacíamos, no llegábamos al autobús de mañana a las 14.00… Así que estaba ante una elección muy dura: convencer a Denys que teníamos que seguir u olvidar del autobús y quedarnos uno o dos días más haciendo Kungsleden… La verdad esta última opción no me desagradaba para nada… con los paisajes que veíamos…

La confesión de hoy: tomarse el sol en una playa del río glacial por encima del Círculo Polar, donde sólo se puede llegar tras haber andado durante varios días… NO TIENE PRECIO

Hoy es el día de las observaciones: en menos de 3 horas hemos visto cambiar el paisaje alpino por una vegetación tenue de arbustos, luego apareció el primer abedul, luego dos – en la orilla de un río, y al final entramos en un bosque… Ya no hacía falta llevar los palos (la leña para poder cocinar donde no hay vegetación) que seguían asomándose de mi mochila, pero por alguna extraña razón me daba pena tirarla… así que Denys le inventó otro uso: ató un pañuelo naranja y dijo que lo iba a seguir. Es que ya estaba muy cansado y no tenía fuerzas para pensar dónde pisar y en qué dirección ir, así que se limitaba a «a seguir el pañuelo naranja» y mover los pies a su ritmo: derecha, izquierda, derecha, izquierda…

Por norma general las chicas tenemos mucho más aguante que los chicos. A lo mejor no somos tan rápidos, pero en los que se refiere a «aguantar» y «sobrevivir» somos mucho mejores. ¿Alguien quiere contradecir?

Pensamiento: Parar por un momento e imaginar cómo se formó toda esta belleza… Se ven unas piedras grandes a los pies de una montaña majestuosa. En algún momento de la evolución estas piedras tenían que haber caído… con mucho ruido y fue una imagen espectacular, levantando el polvo y rodando hacía el río… ¿Estaba aquí el río o era más grande, o más pequeño? Si algún nómada estaba por la zona en aquel momento, debería tener mucho miedo al presenciar este cambio que alteró el paisaje… por lo menos yo si que estaría asustada…

Cuando llegamos al refugio de Kaitumjaure, el deseo de prolongar el Kungsleden aumentó aún más… El sitio es ¡precioso! ¿Y si nos quedamos a dormir aquí? Pero parecía que Denys se había acostumbrado a la idea de hacer 32 kms hoy y no quería parar… Así somos: muy pocas veces coincidimos en los deseos 😉